El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) es un trastorno de ansiedad en el que los niños presentan generalmente obsesiones y también compulsiones, aunque en algunos casos, cursa sólo con obsesiones o sólo con compulsiones.
Las obsesiones son ideas, impulsos o imágenes mentales recurrentes que el niño tiene sin querer (no las puede evitar aunque no le gusten) y que le producen mucha ansiedad. No se trata de simples preocupaciones sobre problemas de la vida diaria. El niño trata de ignorar o suprimir estas obsesiones y, generalmente, reconoce que son producto de su mente y no son reales.
Las compulsiones son comportamientos repetitivos (lavarse las manos, ordenar cosas, asegurarse de cosas) o acciones mentales (contar, repetir palabras, rezar) que el niño se siente empujado a hacer para reducir la ansiedad que le genera el objeto de su obsesión. Las compulsiones, a diferencia de las manías, se realizan de forma consciente: el niño lucha contra ellas, pero le asalta el miedo a que, si no las hace, ocurrirá algo terrible para él. Las compulsiones o rituales están totalmente fuera de su control y dominan por completo al niño, que siente, una y otra vez, la necesidad de repetirlos.
Si observas síntomas en tu hijo que te hagan sospechar la presencia de un trastorno obsesivo – compulsivo, es importante que consultes a un profesional que realice un diagnóstico adecuado.